Entre las sombras del Averno
se esconde una fría lágrima que sobrevivió al fuego
y pasea temerosa desde que cayó deslizada.
En la retina escondo escenas que intenté deshacer
pero están hechas de material irrompible.
Aparecen en cada despertar, en cada anochecer.
Esa fría lágrima nació en un intento de auxilio,
se deslizó por el rostro hasta caer en la página
en que escribía esas escenas que me recuerdan
la pérdida de tu ser.
Y ahora esa lágrima entró en las profundidades
de las letras que relatan el fuego interior.
Entre las sombras del Averno
recorre asustadiza aguantando el calor
que acabará evaporizándola.
Ya humedecida en la blanca página,
empieza a perder vida, pero el vivo recuerdo
sigue en sus adentros.
Nació de la tristeza y la melancolía,
morirá ardiendo de pena,
pero la belleza de su sinceridad perdurará.
Entre las sombras del Averno
se esconde la huella de una fría lágrima,
se esconde lo hermoso de la tristeza,
la magia del dolor en llamas.