viernes, 12 de febrero de 2016

Perdóname.

Perdóname,
perdóname por lo que no te dije,
perdóname por no haber aprovechado el tiempo,
perdóname por no haber sabido valorar tu presencia.
El veneno que me otorgó el destino con tu ausencia,
te juro que está acabando con mi ser.

Perdóname por no decir te quiero,
perdóname por no decir que te extrañaré,
el miedo y el peso de la realidad me lo impidió
quedando clavados en mi garganta,
sin poder pronunciar palabra.
Perdóname por no haber alegado
que te querré incluso después de mi muerte,
pero estaba concentrada memorizando tus gestos,
contemplando tu cabello, grabando tu voz en la memoria,
inmortalizando tu mirada que ahora veo al cerrar los ojos.

Perdóname si soy pesada escribiéndote,
pero tengo la sombra de tu adiós asfixiándome.
Perdóname si sigo llorándote,
pero es que el dolor es cada vez más intenso.
Estoy quedándome sin tiempo,
y lo único que deseo es tu regreso.

Perdóname tú,
porque yo jamás seré capaz de perdonarme,
por no haber cuidado cada momento a tu lado,
por no haber apreciado tu sonrisa,
por haber vivido con prisa,
y ahora vivo condenada con el recuerdo
que me ataca cuando el cielo oscurece,
y el frío que cala mis huesos al pensarte
me estremece.

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