Tu fotografía es una tortura vestida de nostalgia.
He llegado a pensar que la noche me odia,
hace fuerte mi tristeza y parece ser su gloria.
Quisiera coserme un par de alas y perderme
en el horizonte buscando un camino hacia tu magia.
En busca de una respuesta coherente,
pero cuando hallo un poco de certeza,
no sé cómo, la vida me tacha las preguntas.
Cansada de dar pasos en falso por mi torpeza.
Cansada de coserme estas heridas profundas
que se empeñan en abrirse al anochecer.
A cada suspiro nacido del peso del recuerdo,
una grieta nueva en mi ser.
Cierro los ojos y me pierdo de nuevo.
Abro los ojos y no estás, así que sigo perdida.
Tus manos pueden levantarme de esta caída,
pero no estás, así que seguiré perdida.
Veo tu sonrisa en una fotografía,
es triste saber que no podré verla de nuevo.
Es triste este ambiente y así pasan los días.
De nada sirvió el rezo ni el ruego.
Marchaste a hacer un paraíso del cielo.
Si supieras que esto dejó de ser vida sin ti…
Siento el calor del infierno en mi interior
y el frío de la soledad en mi quebrado corazón.
Escápate de donde estés un rato, por favor.
Necesito escuchar tus palabras, tu risa.
Necesito abrazarte, sentirme viva.
Pero no estás, así que seguiré perdida,
observando tu fotografía.
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