lunes, 5 de diciembre de 2016

El cielo se ha vestido de luto

Siento tu recorrido por mis huesos,
noto tus caricias a través de escalofríos en los que quiebro.
Vuelvo a verte en la oscuridad, allí donde nadie observa,
he luchado contra esto pero la nostalgia me besa.

Y yo que eché a correr, pensé que la perdía de vista,
pero hoy el cielo se ha vestido de luto.
Mi cabeza ha aprovechado para conversar con mi alma,
y entre el sonido de las olas y el viento he escuchado sus murmullos:
decían que soy una hipócrita por amar la libertad
pero no dejar a mi alma marchar, no dejarla volar.
Sigue empeñada en salir a buscarte, sigue con su locura.

Dejo escapar una lágrima que se desliza sobre los versos
que nacen de tu recuerdo y mueren por hambruna,
hambruna de conocerte, filtrarse en tus ojos,
enamorarte y quedarse en tu mirada.

En este cruel silencio roto vuelve Diciembre,
el tiempo me miente, pues el dolor de no verte no cede,
dibujo el contorno de tu rostro y duele.

El que me late debajo del pecho está perdiendo fuerza
porque sin tu risa ya no sabe seguir el ritmo.
Y mis ojos que se obligaron a cerrarse hasta que volvieras,
hoy los han abierto por inercia y se han dado cuenta de que ven
el alrededor igual que cuando estaban cerrados por el silencio de tu ser.

Ya no pongo el alma cuando escribo porque el alma me da la espalda,
sólo se acuesta al lado de la ventana imaginando que bajas.
En el latir del mero subsistir desisto en las madrugadas
mientras contemplo la luna con la mirada paralizada,
hasta que consigo descansar cuando la noche marcha.

martes, 11 de octubre de 2016

El verso que me descoloca

El silencio me escucha mientras le cuento
que he vuelto a conversar conmigo.
El arte que me imparte el desastre
de no poder abrazarte es tan triste y bello.

El olvido no existe, es un intento de auxilio.
Es como si quisiéramos escapar de nuestro yo
cuando intentamos no recordar. Intento de exilio.

Todos vivimos en una pena constante
que disfrazamos de risas intentando
alcanzar el olvido de lo que nos duele.

Entrelazamos las sonrisas con las penas,
confundimos el karma con las consecuencias,
adaptarnos con el cansancio, vivir con sobrevivir.
Las palabras tienen gran destreza
ya sea para levantarnos o destrozarnos.
Buscamos el amor que acaricia a la felicidad esquiva,
pero nos enganchamos a la fiel tristeza
que se acomoda en nuestro pecho izquierdo.

La gota que colma, el verso que me descoloca,
tu nombre es la soga que al pronunciar me ahoga.
La lágrima que rompe en llanto
y el calor del abrazo que sirve de manto.


lunes, 3 de octubre de 2016

A cada golpe de incoherencia

Mundo de locos, locos de una vida,
el miedo intacto que mantiene unos pies parados
y unas manos temblando.

Alambres en la mente que aprietan,
pensativa está en lo no sucedido
con los sentidos alerta y todo lo que ello conlleva.

Quiere saltar pero atrapada está el alma
que no entiende a esos locos
y esos locos dicen estar cuerdos,
pues no ven que la cuerda se descolgó
y ríen sin motivo aparente mientras el cielo se pinta de gris.
Las personas visten de gris, las sonrisas lucen de gris,
el miedo es oscuro y el futuro aún más.

En sus muñecas colgada la llave rota
con la que cerraron su mente.
Sus almas son grises también.
Y a cada golpe de incoherencia se vuelven más oscuras.

Esos locos no tienen en sus corazones locura,
tienen ceniza, humo,
su locura es diferente,
su locura es cruel.
Y a cada golpe de incoherencia se vuelve más oscura.

La cuerda que se descolgó era amor,
ahora que se les gastó albergan ignorancia,
intolerancia.
Y a cada golpe de incoherencia la cuerda va quemándose.

Cuerda quemándose, ardiendo,
las llamas adentrándose en la oscuridad de esos locos,
pues su oscuridad es intolerancia
y la intolerancia no es tolerable.
Y a cada golpe de incoherencia, resistencia.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Entre las sombras del Averno

Entre las sombras del Averno
se esconde una fría lágrima que sobrevivió al fuego
y pasea temerosa desde que cayó deslizada.

En la retina escondo escenas que intenté deshacer
pero están hechas de material irrompible.
Aparecen en cada despertar, en cada anochecer.

Esa fría lágrima nació en un intento de auxilio,
se deslizó por el rostro hasta caer en la página
en que escribía esas escenas que me recuerdan
la pérdida de tu ser.

Y ahora esa lágrima entró en las profundidades
de las letras que relatan el fuego interior.

Entre las sombras del Averno
recorre asustadiza aguantando el calor
que acabará evaporizándola.

Ya humedecida en la blanca página,
empieza a perder vida, pero el vivo recuerdo
sigue en sus adentros.

Nació de la tristeza y la melancolía,
morirá ardiendo de pena,
pero la belleza de su sinceridad perdurará.

Entre las sombras del Averno
se esconde la huella de una fría lágrima,
se esconde lo hermoso de la tristeza,
la magia del dolor en llamas.

domingo, 21 de agosto de 2016

Dictadura taciturna

En una dictadura taciturna para algunos.
Taciturna porque se taparon los oídos,
se niegan a escuchar los gritos de los olvidados.

Un paraíso que disfrutan algunos,
esos mismos que construyen su riqueza
con el sudor de sordos y ciegos.

Sordos aquellos
que no escuchan su alma gritar,
suplicando que despierten las ganas de luchar.

Ciegos aquellos
que no ven el desgaste de sus huesos,
conformistas presos de los medios impuestos.

En una dictadura taciturna
con caminos sembrados de margaritas
que florecen marchitadas,
y las rosas se oscurecen con gran presteza
ante la supuesta justicia que yace ausente.

Un paraíso que disfrutan algunos,
los mismos que doblaron la moral,
dejando atrás el sentido de la palabra 'humanidad'.
Andan descalzos en el fuego de la codicia
que les quema y mueren de ansia de poder.

Otros mueren de hambre.

viernes, 12 de agosto de 2016

A sabiendas

Otro verso que florece en las costillas,
naciendo en ellas espinas que acarician
los sentimientos que yacen en mi pecho.

Maldita vida irónica que me regala madrugadas
en las que me intoxico con bellos recuerdos.

Maldita lágrima que prefiere seguir amarrada
en mis ojos, permaneciendo con la calma enjaulada.
Esa misma calma
que cuenta las gotas que faltan por colmar.

Es asombroso el arte que siembra la tristeza,
pero agonizante estar consciente de una triste certeza.

A veces me imagino escuchando tu respirar,
a veces silencio el sonido de mis latidos
para ponerle tus carcajadas a mi corazón,
y entonces acelera.
Luego abro los ojos y despierto ya despierta,
y entonces contengo la respiración.

Es en ese justo momento cuando me encuentro,
pero más triste,
por haber imaginado tu regreso,
aun a sabiendas que nunca volviste.

domingo, 24 de julio de 2016

Arte o Desastre

Escribo versos perdidos
que naufragan en el escalofrío de tu latir.

Esperanzados anhelando encontrarte
y acaban por tan sólo rozar tu amanecer
que les quema, y arden convirtiéndose en ceniza
en la aurora de tu boca.

Con la coraza rota y el miedo gritando,
buscando que la nostalgia me dañe,
no saben que me acostumbré a las cicatrices del ayer.

Cúbreme con tu manto antes de que la soledad me arañe,
apresúrate que ya noto el peso de los tropiezos.

El Arte amenaza con cambiarse el nombre a Desastre
si no vuelve a verte sonreír.

La locura vistiéndose de alas
y yo temiendo recuperar la cordura
en medio del vuelo
y caer.

viernes, 15 de julio de 2016

Sonámbula

Tus latidos son el tic tac de mi reloj,
dejaron de resistir y se acabó mi tiempo.
Así que ahora observo los segundos morir,
desvaneciendo entre mis dedos momentos.

Tus carcajadas eran mi más bonito despertador,
tu voz se quedó sin habla y mi alma se congeló,
Se quedó sonámbula en esta realidad atroz
y ahora es incapaz de despertar sin tu voz.

Se mantiene albergando un poco de suerte,
¿cómo le explico ahora que tu cuerpo desistió?

Mis manos se quedaron sin tu tacto
y ellas que no conocen más calor que tu calidez,
¿cómo les explico ahora que no habrá más amanecer
que el que irradiaba tu mirada? 
la mía se quedó paralizada
viendo el desastre aproximándose a mi ser.

Mis aciertos se quedan sin sentido,
sin sentido desde el último latido,
desde el último pétalo caído,
como el verso no florecido
que deja al poeta malherido.

lunes, 4 de julio de 2016

Arte está de luto

Me envenené con el humo de tu lumbre,
esa que encendiste con el embrujo de tu mirada,
esa que ahoga cual primera calada,
mientras crees sentirte en una nube.

Abandonaré mis ganas de volar
el día que la locura razone,
dejaré de escribir mi condena
la noche que vea sonreír a mi ángel.

Huyo de la luz que brilla, pues nos ciega;
me hallo en lo sombrío del verso,
pues la tristeza es la más sincera
y dice que tu alma voló pero aún la siento.

Una voz como la tuya es inmortal,
tan solo el tacto de tus manos ya era arte,
Arte está de luto desde que tus ojos cerraste,
y mis sueños se niegan a dormir si no vienes a arroparles.

miércoles, 29 de junio de 2016

Verdad en tu sombra

Tú, que le temes a la fuerza de la lumbre,
que crees enredarte con la incertidumbre,
mientras sueñas con llegar a la cumbre.

Y yo, que puedo ver la verdad en tu sombra,
tus ganas en el miedo que afloras.

Pareciera que le has robado la magia
a la aurora,
porque no hallo truco posible
que explique
cómo transformas en color la melancolía,
dejando atrás la adictiva agonía
de recordar cada detalle
haciendo que la cabeza estalle.

Los fantasmas del ayer obsesionados
con hacer creer que no habrá un tiempo mejor
que el que ya fue.

La dolorida voz reiterando
que el sonido del silencio es más sincero
que un efímero te quiero.

domingo, 12 de junio de 2016

Desfile de recuerdos

No más ventaja al tiempo,
comprando botes rellenos de fe,
sin acabar realmente por creer,
jurándome de nuevo
que será la última vez.

El Diablo me ofrece
la fuerza de la rabia,
Dios dice cederme
la potencia de la esperanza,
pero me quedo con la sinceridad
de la tristeza que me impuso
tu despedida.

Mis ojos ya no lloran,
mueren ahogados.
Mis manos no tiemblan,
sólo están inquietas
buscando tu tacto.
Mi mente no razona,
observa un desfile de recuerdos.

Ya no busco respuestas,
pues las preguntas me las hago yo,
y la realidad es tan atroz
que responder alguna de ellas,
rompería en el intento mi voz.

martes, 31 de mayo de 2016

Derrota

Sigo en este duelo,
sonriendo mientras muero.
Sigue tu nombre en el folio,
mis ojos irradian dolor y odio.

Tu despedida;
mi máxima inspiración
y la razón de la muerte
de las ganas de mi corazón.

Latidos cansados,
sueños ahogados
en los ríos nacidos de llantos.

Ángel de alas rotas,
musas de versos oscuros,
poetas que ya no resucitan escribiendo,
mis manos sin el tacto de tus manos,
entre otras cosas,
que sentencian derrota.

No hallo paz,
no alcanzo la calma
que tanto ruega mi alma,
dejando mi vida al azar.

Sigo en este duelo,
extrañando tu tacto.
Sigue tu nombre en el folio,
y mi llanto dando a luz un río.

martes, 24 de mayo de 2016

Alas oxidadas

El tiempo y su prisa;
siempre corriendo,
desvaneciendo deprisa,
naciendo así el miedo.

El daño y su fuerza;
envenenando con recuerdos,
volviendo locos a cuerdos.

La tristeza y su destreza;
la inspiración más sincera,
la condena y la musa de los poetas.

Mi alma y sus ganas de volar,
las alas oxidadas por tanto
quedarme inmóvil temblando
al sentir el tiempo escapar,
al sentir el daño con fuerza
por quedarme sin tus manos,
al sentir cómo la tristeza
se impregna en mi ser al saber
que no me miraré en tu mirada más,
aquella que me brindaba tanta paz.

viernes, 13 de mayo de 2016

Su magia eterna

Entre el silencio temeroso
y las palabras tímidas
de este corazón loco
que perdió la razón.

Entre el miedo de no saber
y las ganas del querer
de mi alma soñadora
que no sabe vivir el ahora.

Con la sinceridad de la tristeza,
el dolor de la nostalgia que ataca,
el corazón y su débil corteza,
y esta destreza que me mata.

Entre los recuerdos que duelen
y los planes de futuro que vienen.
Con la certeza de ser y no depender,
con la incertidumbre por no tenerte.

La mentira no es coherente,
la verdad se oscurece,
yo sólo creo en la fuerza
de tu voz y su magia eterna.

martes, 26 de abril de 2016

Ruido

El error repetido que daña la mente,
el trauma de un niño al ver a papá marchar,
el anhelo de volver a ser un crío,
el llanto desconsolado de quien pierde
un ser querido por una enfermedad terminal.

La sangre vertida por todo un río.
La injusta justicia dictando sentencia.
Mis ganas de marchar y su sonrisa,
los días desvanecen con prisa.

Un corazón con latidos desgatados
y su lumbre apagada por la frialdad
que refleja esta insana humanidad.

El verso descosido entre poemas,
yo sigo sin hallar certeza,
y tu ausencia es mi máximo problema.

Destruida por esta pena eterna
de saber que no me miraré más
en tu mirada, capaz de silenciar
todo ruido que rompe mi paz.

miércoles, 20 de abril de 2016

Silencios escandalosos, gritos insonoros

Entre silencios escandalosos y gritos insonoros,
con las manos impregnadas de miedo,
el alma queriendo volar sin remordimiento.
Mil dudas, ojeras y mis poemas rotos.

El verano temblando por abrazos fríos.
Lloros vertidos dando a luz un río,
tan profundo, mis sueños se ahogan.
Palabras dejando sin respirar cual soga.

Un rayo de sol, una sonrisa,
naciendo la mañana, rozando la brisa.
Una tormenta ausente, hoyuelos apareciendo,
no más lloros, no más tiempos muertos.

Contigo mi ser, conmigo tu amanecer.
Subiendo escalones añorando el ayer.
Conociéndome, dejando de depender,
improvisando con el temor de no saber
qué hacer o querer.

Atroz

Tus carcajadas están retumbando
en mi cabeza,
el eco de tu risa está resonando,
no quiero que desvanezca
aunque duela.

Mis manos piden tu tacto,
mi corazón está desolado,
no sé cómo consolarlo.
Está perdiendo sangre
para escribir con ella su condena.

Mi mente quiere que mi alma se calle,
pues intenta hallar respuesta,
con tanto ruido se desconcentra.
Mi alma grita que vuelvas.

Mi lógica se ha dado de baja,
está harta de que no le preste atención,
yo sólo puedo escuchar tu voz.

Recordar tu involuntario adiós
por las noches es tan atroz...

martes, 12 de abril de 2016

Por ti

El cielo no es merecedor
de tener tan dichosa suerte
que es tenerte eternamente.
Ni las estrellas ni el fuego
podrían igualarse a tu destello.

Tu corazón ausente de latidos,
el mío cansado de latir en vano.
Todo momento hermoso habido
ha perdido valor sin tu calor.

Me inspiro al son del llanto,
con la pureza de la tristeza
y la fuerza del daño.
Pero también me mata,
me nacen ojeras y quedan tatuadas.

Por ti mi sentido se ha perdido,
y con él también yo.
Más que por ti, por tu adiós
que no fue voluntario.

jueves, 7 de abril de 2016

En mi memoria no hay olvido

El aullido afónico del lobo,
el latido cansado del corazón roto,
el delirio de un pobre poeta loco.
Dame un parche y te lo coloco
donde más te duela.

La ansiedad de un esquizofrénico,
un caballero muriendo al ser vencido.
Veneno en ti, yo sin hallar médico.
El beso en el adiós ya se ha perdido
en el intento de demostrar sinceridad.

Las agujas del reloj, los días
marcados en el viejo calendario.
Tus palabras en mi sien ardían.
Tu desastre, qué bonito calvario.

Recítame, recítame, que yo
te prestaré mis oídos.
Búscame, búscame, que es por tu voz
que en mi memoria no hay olvido.

martes, 5 de abril de 2016

Mis versos ahorcados

Reflejado estás en la claridad
con la belleza del amanecer,
con las ganas de un comienzo,
con la fuerza de la rabia que mana.

El sol congelado, la luna sin lobo,
un gato negro y un espejo roto,
mi vida sin la tuya, lazos cortados.

La muerte echándole una partida
a mi alma que se halla dividida
entre las ganas de volar al fin
y el calor de mi voz rogándole
que me permita unos años más.

Si le escribo a mi ángel,
la soga en mi cuello aprieta sin piedad.
Mis temblorosas manos,
mi voz rota y la mirada ahogada
en compañía de mis versos ahorcados.

domingo, 3 de abril de 2016

Entera jamás

El silencio pesa más que las palabras,
pues lleva encima el dolor del que calla.
Tus manos tapando mis ojos,
protegiendo mi vista de tanta crueldad.

Tu voz en mi cabeza silencia los recuerdos.
Mis paranoias volverían loco al más cuerdo.
Esta realidad de vivir sin tu calor es tortura.
Ni la escritura ni el tiempo me brindan la cura.

Tengo asumido que este dolor no cesará,
pero le suplico a la noche que me de un respiro.
Estoy perdiendo vida en cada suspiro,
ni mirar tus fotografías soy capaz ya.

Estoy al borde de la locura que mata.
Estoy aterrada y apenas tengo ganas.
Te echo tanto de menos
que me echo de menos.

El reloj marcando otra hora que pasa,
el calendario marcando otro día que no estás,
que no estoy, que no estaré,
entera jamás.

sábado, 26 de marzo de 2016

El baile

Sus palabras son seísmos
provocando tan inmenso derrumbe,
acabando con toda creencia
que les hacia especial.
Ahora se aproxima un final.

En un ojo coloca un parche,
cegado por ver tanto dolor,
apagando con llanto la lumbre.

La estupidez y la locura
enfrentándose a la cordura.
La sensatez perdiendo la razón,
pues el juez es el encanto del pecado.

Los dos corazones embriagados
bailando un vals en honor al amor.
La muerte retándolos a un tango,
y ellos desangrándose de dolor.

La traición llamó a la puerta,
sus manos arañando tiemblan.
La inconsciencia bailando con la certeza,
se avecina tormenta.

Se perdió el encanto, se acabó el tiempo.
El baile llegó a su fin, se hizo el silencio.
Ya no quedan ganas de bailar, ni de fingir.

viernes, 18 de marzo de 2016

Lazos

Cortando nuestros lazos,
cubriéndome con ellos los ojos,
pues no tengo más interés en ver
tanto desastre viviendo sin tu querer.

Eres ese fuego que cesó,
la grieta de un triste corazón,
el hielo derretido por el sol,
dejando en la nada mi razón.

La dama está cansada,
el caballero se siente atrapado.
Un te quiero no demostrado,
el sentimiento arrinconado,
pues el corazón está asustado,
observa cómo cae todo a su paso.

Miedo en cada estrofa,
hablas en prosa,
suenas a poema.
Tu bondad resta mi tristeza.

martes, 15 de marzo de 2016

Veneno

La cordura no concuerda con la locura
por eso intento beber del lago de la sensatez
que me brindó un dios que murió después
de crearte, dándose cuenta tarde
del peligro del embrujo de tu mirada,
de la adicción que provocan tus manos
acariciando la poesía y la poesía enamorada
de tus versos más tenebrosos, dejando paralizados
los corazones que bailan un vals en honor a tu amor.

Creo firmemente en la fuerza de tus pasos,
en la luz de tus palabras iluminando el firmamento,
aunque eso signifique la muerte de las estrellas,
asombradas por el encanto de lo sombrío de tu estela.

Una dama atrapada en un castillo encantado,
el caballero encontró un atajo y se halla en el final del cuento.
El rey no es rey por devoción del pueblo,
sí por la ignorancia, adoctrinados desde el principio de los tiempos.
El soldado creyendo ser héroe, hoy acabará con otra vida inocente.
Y juro que no hay otra bandera que me represente
que no sea la de tu sonrisa chocando con tus hoyuelos,
decorada con el color de tu aura, sonando como himno tu risa.

Romeo y Julieta murieron por amor o por estupidez.
Yo moriría por nacer en tu desastre, sin luz, sin nitidez.
Tristán e Isolda bebieron del filtro mágico,
quedando enamorados con duración eterna.
Yo bebería de tu veneno si éste no tuviera cura,
y su cura es mirar de frente a la realidad.
Odio la realidad y su lógica repitiéndome
la peligrosidad de amar sin defensa alguna,
pero ellas no saben de la gravedad
de vivir sin sentir escalofríos y sonrisas puras,
aunque éstas puedan ser efímeras.

Calisto necesitó de Celestina para unirse a Melibea.
Yo preciso de la noche y su nostalgia para imaginarte.
Dafne huye del amor posesivo de Apolo,
nacido tras un flechazo de Cupido, dejando su corazón roto.
Huyo del daño que causa mirar al pasado,
por eso me cubro los ojos con tus manos,
pero empiezo a detestar tus acaricias ambiguas
que me curan y dañan, dejando mi alma agrietada,
y ante tus promesas, mi fe en ti queda agotada.

Bebería de tu veneno si éste no tuviera cura,
pero mi cordura despierta al escuchar 
tu pseudo-verdad sonando a chiste sin gracia.
Comprende que no pueda quedarme
si llegando al punto del jaque mate,
tus palabras sólo me causan migrañas.



jueves, 10 de marzo de 2016

Tu fotografía.

Tu fotografía es una tortura vestida de nostalgia.
He llegado a pensar que la noche me odia,
hace fuerte mi tristeza y parece ser su gloria.
Quisiera coserme un par de alas y perderme
en el horizonte buscando un camino hacia tu magia.
En busca de una respuesta coherente,
pero cuando hallo un poco de certeza,
no sé cómo, la vida me tacha las preguntas.
Cansada de dar pasos en falso por mi torpeza.
Cansada de coserme estas heridas profundas
que se empeñan en abrirse al anochecer.
A cada suspiro nacido del peso del recuerdo,
una grieta nueva en mi ser.
Cierro los ojos y me pierdo de nuevo.
Abro los ojos y no estás, así que sigo perdida.
Tus manos pueden levantarme de esta caída,
pero no estás, así que seguiré perdida.

Veo tu sonrisa en una fotografía,
es triste saber que no podré verla de nuevo.
Es triste este ambiente y así pasan los días.
De nada sirvió el rezo ni el ruego.
Marchaste a hacer un paraíso del cielo.
Si supieras que esto dejó de ser vida sin ti…
Siento el calor del infierno en mi interior
y el frío de la soledad en mi quebrado corazón.
Escápate de donde estés un rato, por favor.
Necesito escuchar tus palabras, tu risa.
Necesito abrazarte, sentirme viva.

Pero no estás, así que seguiré perdida,
observando tu fotografía.


martes, 8 de marzo de 2016

El error de Cupido.

Es el lienzo trazando una sonrisa,
es el temor al olvido,
es la sensación de la cálida brisa,
es la mentira con el peso del castigo.
Un rompecabezas resuelto,
tus palabras grabadas en el reverso.

Es la belleza de lo roto,
la sinceridad del que no tiene remedio.
Es el arte de tus manos
y sus caricias haciendo cosquillas
que regalan gratas sonrisas.

Es el te quiero del enamorado,
el perdón del arrepentido.
Es la huida del que está cansado,
es la ruina por el error repetido de Cupido.

La lluvia brindando un concierto,
escuchar su sinfonía con atención.
Sus manos esperando el momento
para reparar su quebrado corazón.

Levantándose con valentía,
dejando sus pecados y miedos atrás,
escapando hacia cualquier travesía,
aprendiendo a quemar sus besos y sus jamás.




jueves, 3 de marzo de 2016

No me queda más certeza.


Ya no tengo sus manos para tapar mis miedos,
ya no tengo más la suerte que desprendía de sus dedos.
Tan sólo versos que nacen de la tristeza, 
pues no me queda más certeza que esa.
Es todo lo que me dejó con su adiós, y
ante la respuesta del karma quedo indefensa.
Observé las huellas de sus pasos desapareciendo,
no supe hacer más que correr detrás y acabé cayendo.
Después sólo callé, y desde entonces no sé
qué decir, todo lo que fui lo deje de ser
desde que ya no está y ya nada es.

lunes, 29 de febrero de 2016

Borrar un párrafo.

Tener que borrar un párrafo
donde te menciono,
El vuelo cansado de un pájaro,
como el latido de un corazón roto.
Ángel de mi guarda,
protégeme del veneno de su caminar.
Abrazos por la espalda,
puñaladas que son miradas agachadas.
El cielo y el infierno en unos mismos ojos.
Su firma en cada uno de los trozos
esparcidos sin más dirección que el trazo
que desemboca en los brazos
de una tristeza nacida del beso
que muere por su huida sin regreso.
Recitarte al alba,
escribirte al anochecer.
Discutir sin ceder,
abandonar por errar y tardar
en reaccionar.

sábado, 20 de febrero de 2016

En un rincón.

Tus manos enlazadas con el anhelo, las mías muertas por tantas caricias que no fueron dadas. Qué bien le quedan a tus ojos esas ojeras que dictan el cansancio de lo aprendido y reflexionado. Qué bien le queda a tu corazón mis latidos desgastados.
Con ese toque de humor que le damos a la repetición de frases que no llevan a ninguna conversación con sentido y acaban en un beso que termina al despertar.
Observo el humo de los escombros, que dejaron el derrumbe de nuestro templo, tras ese cataclismo provocado por las promesas que fallecían al agachar nuestras miradas ya cansadas.

El fuego que yacía de tu caminar ha perdido fuerza hasta terminar apagado, como colapsados mis pensamientos, que quedaron bloqueados en ese recuerdo de la puerta cerrada y tú sin aparecer.
Tinta derramada sobre el folio intentando darle sentido a estas palabras con emociones que sólo muestran el lado negativo, y es que qué bien le quedaba a tu desastre mi caos, qué bien le quedaba a mi silencio tu risa.

Tengo miedo y me escondo en la sombra de tu sonrisa ya desvanecida.
Me aterra pensar en la posibilidad de un futuro exento de tus abrazos o de tus palabras sabias, y el dolor coge más fuerza cuando el sol coge frío y se tapa. Si miro en mi interior veo que no queda nada más que el recuerdo de la comisura de tus labios, y en un rincón mi corazón ya roto.

Se evaporizan mis ganas como se desvelan mis sueños que no sueñan, desconcertados e incapaces de pegar ojo, eso es culpa del sabor a cafeína que dejaste con tu vuelo.
Colecciono tus palabras certeras disparadas directas a mi pecho dejándome extraviada la razón, y mi sangre perdiendo color mudándose a tu corazón.


Escribamos un final a este desastre, consigamos hacer volar los intentos fallidos y qué ardan. El sonido de tu voz será el patente que proclame mi gloria. Sólo tu voz.

viernes, 12 de febrero de 2016

Perdóname.

Perdóname,
perdóname por lo que no te dije,
perdóname por no haber aprovechado el tiempo,
perdóname por no haber sabido valorar tu presencia.
El veneno que me otorgó el destino con tu ausencia,
te juro que está acabando con mi ser.

Perdóname por no decir te quiero,
perdóname por no decir que te extrañaré,
el miedo y el peso de la realidad me lo impidió
quedando clavados en mi garganta,
sin poder pronunciar palabra.
Perdóname por no haber alegado
que te querré incluso después de mi muerte,
pero estaba concentrada memorizando tus gestos,
contemplando tu cabello, grabando tu voz en la memoria,
inmortalizando tu mirada que ahora veo al cerrar los ojos.

Perdóname si soy pesada escribiéndote,
pero tengo la sombra de tu adiós asfixiándome.
Perdóname si sigo llorándote,
pero es que el dolor es cada vez más intenso.
Estoy quedándome sin tiempo,
y lo único que deseo es tu regreso.

Perdóname tú,
porque yo jamás seré capaz de perdonarme,
por no haber cuidado cada momento a tu lado,
por no haber apreciado tu sonrisa,
por haber vivido con prisa,
y ahora vivo condenada con el recuerdo
que me ataca cuando el cielo oscurece,
y el frío que cala mis huesos al pensarte
me estremece.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Recordé.

Hoy recordé ese día, y creo que me he quedado en ese momento atrapada.
Huyo del dolor pero estoy perdida en este desastre de vivir sin abrazarte.
Intento recuperarme, convencerme de que esto cesará,
pero el peso de la nostalgia me derrumba tanto como saber que no volveré a verme en tu mirada.
Se congelan mis huesos, mi interior destruido, mis ganas muertas.
Cómo duele esta noche escribiendo por el veneno de tu ausencia.
Cómo duele saber que mañana seguirás sin estar.

Hoy recordé ese día, recuerdo el beso, tu mirada y mi ‘hasta luego’.
Huyo del sonido de la llamada de esa noche que resuena en mi sien al anochecer, 
aquella llamada que sentenció mi condena y pago con sangre cada madrugada.
Esa llamada en la que decían que tus ojos se cerraron para dormir eternamente.
Fue entonces cuando cerré los míos y no quise abrirlos jamás,
por miedo que al hacerlo esa pesadilla siguiese en pie,
por miedo a tener que obligarme a reconocer que no volverás.
Cómo duele escribirte y no recitarte.

Hoy recordé ese día, y creo que me estoy perdiendo.
Guardo cada momento en mi memoria y cierro con llave.
No estás en cuerpo, pero te siento en mi piel,
no estás en cuerpo, pero te escribo cada noche,
no estás en cuerpo, pero tus palabras son eternas,
no estás en cuerpo, pero tu risa sigue siendo la melodía más bonita,
no estás, pero es que yo tampoco estoy,
parte de mí se fue contigo.
Mi corazón se rompió al escuchar el último latido del tuyo,
sé con certeza que se rompió, pude escucharlo.

Vivo en un eterno gris desde que el verde de tus ojos marchitó.
Me he quedado quebrada y temo no ser capaz de hallar seguridad en mí,
quedarme afligida en una de estas noches en las que retrocedo.
Estoy recordando ese día, esa noche, esa llamada,
y creo que me estoy muriendo de nuevo.
Dejándome caer al precipicio,
mi mente se declara derrotada.

lunes, 25 de enero de 2016

Escribiendo.


Echo en falta a mi ángel
que marchó a hacer del cielo un paraíso.
Envolviéndome en una tormenta de recuerdos
que un día fueron bellos momentos,
de esos momentos en que la vida
parecía el  mayor regalo de los dioses.
Esta noche reitero que el mayor regalo
fue ser conocedora de la melodía de tu risa.
Esta noche reitero que el mayor castigo
fue ser testigo de ver cómo 
agachabas la mirada, con sutileza.
Maldita condena esta tristeza que engancha.
Me aferro al desastre como un perro a su amo.
Puede que entonces quizá, tan sólo quizá,
sí esté cruzando la línea de la locura que mata,
pero eso es culpa de la incertidumbre
a la que me conlleva aceptar que no volverás.
Dime si conoces de la existencia
de una verdad pura, si la única verdad
que conozco yo, es cuando me encuentro
después de haberme quebrantado el alma escribiendo.

jueves, 14 de enero de 2016

Ahí me quedé.

Perpleja
en la mirada de la memoria
de aquel recuerdo triste
que hace de mis días un entorno vacío.
Ahí me hallo.

En el seísmo
que me causó tu adiós,
en la incertidumbre
de las incógnitas que
jamás podré resolver.
Ahí me puedes ver.

En el desorden
de mi cabeza acompañada
de esta miedosa alma
que no acepta tu despedida,
que no acepta que una maldita
enfermedad sentenció tu partida.
Ahí me quedé.

Tu recuerdo se quedó en mí,
o yo me quedé anclada
en ese recuerdo, paralizada.

martes, 12 de enero de 2016

Guardar cada palabra en el reverso.

Mi ángel a ti es a quien rezo,
vuelve y enséñame a vivir de nuevo,
que se me está olvidando.
Quiero volar, pero presiento
que caeré en el intento
del primer vuelo.
Cuando se escribe un verso
ya no hay regreso de lo hecho,
como un enamorado cuando queda preso
desde el primer beso,
y supongo que se trata de eso,
de guardar cada palabra en el reverso.

jueves, 7 de enero de 2016

Haciendo compañía al ático.

El placer de matarme, el resurgir de los escombros.
Los recuerdos con experiencia sicaria, la poesía salvando vidas,
muriendo al empezar una frase, resucitando al acabarla.
La realidad ahogando, la fantasía hundiendo aún más
disfrazando mentiras de sueños.

La vida pasando factura, mis bolsillos llenos de aire.
El tiempo corriendo sin pausa, yo con agujetas y flato.
Avecinándose la tormenta, y a mí que no me sorprende.

El orgullo es tan caro que jamás lo utilicé al contrario que los demás.
La tristeza atacando de nuevo, yo preparando el bolígrafo y el folio.
Nunca supe lo que significa el odio, pero siento la derrota y caigo del podio.
La rutina de siempre, actitud cortante, de difícil temple, un vacío constante.
Persecutoria estresante, entre el daño del pasado y el miedo al futuro, ataque de nervios.

Marzo lamentándose, septiembre llorando, noviembre recordando,
y diciembre dice que está a un paso de tirarse por el acantilado.
Mi cabeza rota, mi mente quebrada, el alma ignorándome.
Letras suicidas que matan por no saber olvidar.

Un adiós que no fue pronunciado, el destino sentenciando dolor eterno.
Mi interior en banca rota, y yo sin voz pa’ pedir préstamo.
Haciendo compañía al ático.
Pasando página, quemando las lágrimas, echando la vista al frente.
Observando el mundo, la humanidad y la vida de forma diferente.
Los versos jurándome amor eterno, y yo sin ganas ni fe.