domingo, 21 de agosto de 2016

Dictadura taciturna

En una dictadura taciturna para algunos.
Taciturna porque se taparon los oídos,
se niegan a escuchar los gritos de los olvidados.

Un paraíso que disfrutan algunos,
esos mismos que construyen su riqueza
con el sudor de sordos y ciegos.

Sordos aquellos
que no escuchan su alma gritar,
suplicando que despierten las ganas de luchar.

Ciegos aquellos
que no ven el desgaste de sus huesos,
conformistas presos de los medios impuestos.

En una dictadura taciturna
con caminos sembrados de margaritas
que florecen marchitadas,
y las rosas se oscurecen con gran presteza
ante la supuesta justicia que yace ausente.

Un paraíso que disfrutan algunos,
los mismos que doblaron la moral,
dejando atrás el sentido de la palabra 'humanidad'.
Andan descalzos en el fuego de la codicia
que les quema y mueren de ansia de poder.

Otros mueren de hambre.

viernes, 12 de agosto de 2016

A sabiendas

Otro verso que florece en las costillas,
naciendo en ellas espinas que acarician
los sentimientos que yacen en mi pecho.

Maldita vida irónica que me regala madrugadas
en las que me intoxico con bellos recuerdos.

Maldita lágrima que prefiere seguir amarrada
en mis ojos, permaneciendo con la calma enjaulada.
Esa misma calma
que cuenta las gotas que faltan por colmar.

Es asombroso el arte que siembra la tristeza,
pero agonizante estar consciente de una triste certeza.

A veces me imagino escuchando tu respirar,
a veces silencio el sonido de mis latidos
para ponerle tus carcajadas a mi corazón,
y entonces acelera.
Luego abro los ojos y despierto ya despierta,
y entonces contengo la respiración.

Es en ese justo momento cuando me encuentro,
pero más triste,
por haber imaginado tu regreso,
aun a sabiendas que nunca volviste.