lunes, 5 de diciembre de 2016

El cielo se ha vestido de luto

Siento tu recorrido por mis huesos,
noto tus caricias a través de escalofríos en los que quiebro.
Vuelvo a verte en la oscuridad, allí donde nadie observa,
he luchado contra esto pero la nostalgia me besa.

Y yo que eché a correr, pensé que la perdía de vista,
pero hoy el cielo se ha vestido de luto.
Mi cabeza ha aprovechado para conversar con mi alma,
y entre el sonido de las olas y el viento he escuchado sus murmullos:
decían que soy una hipócrita por amar la libertad
pero no dejar a mi alma marchar, no dejarla volar.
Sigue empeñada en salir a buscarte, sigue con su locura.

Dejo escapar una lágrima que se desliza sobre los versos
que nacen de tu recuerdo y mueren por hambruna,
hambruna de conocerte, filtrarse en tus ojos,
enamorarte y quedarse en tu mirada.

En este cruel silencio roto vuelve Diciembre,
el tiempo me miente, pues el dolor de no verte no cede,
dibujo el contorno de tu rostro y duele.

El que me late debajo del pecho está perdiendo fuerza
porque sin tu risa ya no sabe seguir el ritmo.
Y mis ojos que se obligaron a cerrarse hasta que volvieras,
hoy los han abierto por inercia y se han dado cuenta de que ven
el alrededor igual que cuando estaban cerrados por el silencio de tu ser.

Ya no pongo el alma cuando escribo porque el alma me da la espalda,
sólo se acuesta al lado de la ventana imaginando que bajas.
En el latir del mero subsistir desisto en las madrugadas
mientras contemplo la luna con la mirada paralizada,
hasta que consigo descansar cuando la noche marcha.

martes, 11 de octubre de 2016

El verso que me descoloca

El silencio me escucha mientras le cuento
que he vuelto a conversar conmigo.
El arte que me imparte el desastre
de no poder abrazarte es tan triste y bello.

El olvido no existe, es un intento de auxilio.
Es como si quisiéramos escapar de nuestro yo
cuando intentamos no recordar. Intento de exilio.

Todos vivimos en una pena constante
que disfrazamos de risas intentando
alcanzar el olvido de lo que nos duele.

Entrelazamos las sonrisas con las penas,
confundimos el karma con las consecuencias,
adaptarnos con el cansancio, vivir con sobrevivir.
Las palabras tienen gran destreza
ya sea para levantarnos o destrozarnos.
Buscamos el amor que acaricia a la felicidad esquiva,
pero nos enganchamos a la fiel tristeza
que se acomoda en nuestro pecho izquierdo.

La gota que colma, el verso que me descoloca,
tu nombre es la soga que al pronunciar me ahoga.
La lágrima que rompe en llanto
y el calor del abrazo que sirve de manto.


lunes, 3 de octubre de 2016

A cada golpe de incoherencia

Mundo de locos, locos de una vida,
el miedo intacto que mantiene unos pies parados
y unas manos temblando.

Alambres en la mente que aprietan,
pensativa está en lo no sucedido
con los sentidos alerta y todo lo que ello conlleva.

Quiere saltar pero atrapada está el alma
que no entiende a esos locos
y esos locos dicen estar cuerdos,
pues no ven que la cuerda se descolgó
y ríen sin motivo aparente mientras el cielo se pinta de gris.
Las personas visten de gris, las sonrisas lucen de gris,
el miedo es oscuro y el futuro aún más.

En sus muñecas colgada la llave rota
con la que cerraron su mente.
Sus almas son grises también.
Y a cada golpe de incoherencia se vuelven más oscuras.

Esos locos no tienen en sus corazones locura,
tienen ceniza, humo,
su locura es diferente,
su locura es cruel.
Y a cada golpe de incoherencia se vuelve más oscura.

La cuerda que se descolgó era amor,
ahora que se les gastó albergan ignorancia,
intolerancia.
Y a cada golpe de incoherencia la cuerda va quemándose.

Cuerda quemándose, ardiendo,
las llamas adentrándose en la oscuridad de esos locos,
pues su oscuridad es intolerancia
y la intolerancia no es tolerable.
Y a cada golpe de incoherencia, resistencia.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Entre las sombras del Averno

Entre las sombras del Averno
se esconde una fría lágrima que sobrevivió al fuego
y pasea temerosa desde que cayó deslizada.

En la retina escondo escenas que intenté deshacer
pero están hechas de material irrompible.
Aparecen en cada despertar, en cada anochecer.

Esa fría lágrima nació en un intento de auxilio,
se deslizó por el rostro hasta caer en la página
en que escribía esas escenas que me recuerdan
la pérdida de tu ser.

Y ahora esa lágrima entró en las profundidades
de las letras que relatan el fuego interior.

Entre las sombras del Averno
recorre asustadiza aguantando el calor
que acabará evaporizándola.

Ya humedecida en la blanca página,
empieza a perder vida, pero el vivo recuerdo
sigue en sus adentros.

Nació de la tristeza y la melancolía,
morirá ardiendo de pena,
pero la belleza de su sinceridad perdurará.

Entre las sombras del Averno
se esconde la huella de una fría lágrima,
se esconde lo hermoso de la tristeza,
la magia del dolor en llamas.

domingo, 21 de agosto de 2016

Dictadura taciturna

En una dictadura taciturna para algunos.
Taciturna porque se taparon los oídos,
se niegan a escuchar los gritos de los olvidados.

Un paraíso que disfrutan algunos,
esos mismos que construyen su riqueza
con el sudor de sordos y ciegos.

Sordos aquellos
que no escuchan su alma gritar,
suplicando que despierten las ganas de luchar.

Ciegos aquellos
que no ven el desgaste de sus huesos,
conformistas presos de los medios impuestos.

En una dictadura taciturna
con caminos sembrados de margaritas
que florecen marchitadas,
y las rosas se oscurecen con gran presteza
ante la supuesta justicia que yace ausente.

Un paraíso que disfrutan algunos,
los mismos que doblaron la moral,
dejando atrás el sentido de la palabra 'humanidad'.
Andan descalzos en el fuego de la codicia
que les quema y mueren de ansia de poder.

Otros mueren de hambre.

viernes, 12 de agosto de 2016

A sabiendas

Otro verso que florece en las costillas,
naciendo en ellas espinas que acarician
los sentimientos que yacen en mi pecho.

Maldita vida irónica que me regala madrugadas
en las que me intoxico con bellos recuerdos.

Maldita lágrima que prefiere seguir amarrada
en mis ojos, permaneciendo con la calma enjaulada.
Esa misma calma
que cuenta las gotas que faltan por colmar.

Es asombroso el arte que siembra la tristeza,
pero agonizante estar consciente de una triste certeza.

A veces me imagino escuchando tu respirar,
a veces silencio el sonido de mis latidos
para ponerle tus carcajadas a mi corazón,
y entonces acelera.
Luego abro los ojos y despierto ya despierta,
y entonces contengo la respiración.

Es en ese justo momento cuando me encuentro,
pero más triste,
por haber imaginado tu regreso,
aun a sabiendas que nunca volviste.

domingo, 24 de julio de 2016

Arte o Desastre

Escribo versos perdidos
que naufragan en el escalofrío de tu latir.

Esperanzados anhelando encontrarte
y acaban por tan sólo rozar tu amanecer
que les quema, y arden convirtiéndose en ceniza
en la aurora de tu boca.

Con la coraza rota y el miedo gritando,
buscando que la nostalgia me dañe,
no saben que me acostumbré a las cicatrices del ayer.

Cúbreme con tu manto antes de que la soledad me arañe,
apresúrate que ya noto el peso de los tropiezos.

El Arte amenaza con cambiarse el nombre a Desastre
si no vuelve a verte sonreír.

La locura vistiéndose de alas
y yo temiendo recuperar la cordura
en medio del vuelo
y caer.