Te fuiste.
Y contigo se fueron los días grises.
No te hizo falta ni decir adiós.
No consentiré que vuelvas y me pises.
Sin ti lo difícil es menos, te quiero lejos cada vez más.
Que ya no te echo de menos,
me echo de menos a mí.
A ti te echo de más, de tanto
hacerlo de menos.
Que casi no te pienso y mucho
menos te espero.
Sólo escribo para recordarme,
que sin ti soy mejor.
Me siento bien ahora.
Me fallaba a mí, por no
fallarte a ti,
que gran estupidez, y es que
eso tiene el querer,
sin condición,
sin medida,
sin pensar,
sólo dejarse llevar.
Y para qué dar tanto,
si quien más da, es quien
menos recibe.
Y para qué pensar en el
pasado,
si no tiene nada nuevo que
contarte.
Y que más da ya,
tu recuerdo se esfuma como el
humo.
Abrí los ojos.
Perdí mi paciencia,
No te odiaré, ya tienes bastante con tu conciencia, si es
que tienes.
Recordarte será mi penitencia pero eso no dura eternamente.
Contigo tengo todas las de perder y no creo en la suerte.
Fuera piedra, papel o tijera tú ganabas siempre.
Guarda tu ego, ahora soy más fuerte.
No vuelvas, ahora soy yo quien no te quiere.
Avanzo, aunque hace poco,
seguía mirando atrás
y aunque no hace tanto, ahora
veo con claridad.
Rezaba para que volvieras.
Volver a esa tormenta en la
que vivía contigo.
El amor nos hace masoquistas.
Ahora rezo para que seas
feliz.
Sé feliz, tanto, que no quieras
volver.
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